jueves, 16 de mayo de 2013

Mañanas oscuras

No entiendo ya mi cansancio. Cansancio de personas, todas ellas falsas y altaneras. El mundo, en mi opinión, está mal diseñado. Los hay que se llevan todo el beneficio sin haber movido un músculo, y otros que trabajan duro día a día para ir construyendo un pequeño y privado montoncito de valor y en cambio una semana después acaban de patitas a la calle, intentando adivinar cuál será su futuro.

Y cada persona tiene un solo futuro, uno solo, suyo y de nadie más.
Y yo me siento sola. Porque me encantaría que mi futuro no dependiese solo de mí, sino de alguien más, alguien que tenga experiencia al hablar del futuro, alguien que sepa cuáles son los pasos correctos que hay que pisar para avanzar hacia un rumbo fijo, seguro y provechoso.

El problema es que no existe esa profesión. No hay nadie a quien llamar sabiendo con seguridad de que te va a dar la respuesta acertada para todo, para que sepas qué debes hacer para que te vaya bien, para no hundirte junto a muchos otros que tomaron la elección errónea. No sale en los libros ni se deduce de las películas la forma en que debes comportarte o cuanto debes elevar el mentón para que vean que estás seguro de tí mismo, como diciendo "Adelante, vida, rétame". No conocemos el secreto de la vida.

Y supongo que muchos hemos deseado que en algún lugar del mundo, quizá en una enorme montaña perdida en el continente asiático, protegido por la nieve, el viento, y quizá hasta un enorme dragón, estuviera escondido el libro de la vida. Un libro que nos dijera cuáles son los pasos a seguir para descifrar el código de la felicidad, del éxito... Para cuando, al morir, podamos decir que hemos conseguido algo en la vida, algo que nos ha valido la pena, algo que la gente pueda apreciar mientras lanzamos nuestro último suspiro.

Pero, debemos volver a la realidad y ver claramente que la vida es solo hilo larguísimo que, al pasar el tiempo, se va enredando con otros muchos hilos y que, al final, no queda nada más que una bola indeshechable que ya no puede seguir con su recorrido.

Suerte, mucha suerte.